El Sexo

por Carlos Bravo -

“Los profetas han enseñado que la intimidad física es una fuerza importante para el fortalecimiento del lazo de amor en el matrimonio y la mejora y el refuerzo de la unidad matrimonial. En efecto, es un don de Dios que le corresponde a los casados” (Ensign, Agosto 1979, pg. 23-24).

Introducción

Los que me conocen personalmente se sorprenderían si sabían que extraños frecuentemente me preguntan sobre el sexo. Soy bastante reservado y se muy poco acerca de las relaciones más allá de lo que de vez en cuando leo en ciertos blogs.

Sin embargo, a través de mi sitio web he recibido preguntas frecuentes sobre el sexo, preguntas que generalmente paso por alto. Después de recibir una reciente serie de estas preguntas, me he decidido a escribir la guía definitiva acerca del sexo, escrita desde la perspectiva de un miembro de la iglesia, con una voz no oficial, que no sabe realmente lo que está hablando. Mi ignorancia nunca me ha impedido de discutir otros temas, así que supongo que no debe limitarme ahora. 🙂

Las Enseñanzas de la Iglesia sobre el Sexo

¿Por qué es importante la castidad?
Los miembros de la iglesia creen que el sexo es sagrado. No es de ninguna manera sucio o vergonzoso. Sin embargo, fuera del matrimonio, deberíamos abstenernos de toda intimidad sexual. El sexo es, después de todo, una expresión sagrada del amor, no “recreación”. Es un símbolo de una unión sagrada, la unión matrimonial, un vínculo que va más allá de mero romance. Para utilizar este símbolo sagrado en otros contextos es burlarse de él. Es como llenar sus bolsillos del pan sacramental para que pueda disfrutar de él en el lunes como un sabroso bocadillo. Por supuesto, el arrepentimiento es siempre posible, pero es mucho mejor psicológica y espiritualmente evitar las relaciones sexuales extramaritales.

Dentro del matrimonio, por el contrario, el sexo se anima. Una publicación de la Iglesia (“Para la Fortaleza de la Juventud”) incluso se afirma que “la intimidad física entre marido y mujer es hermosa…” Si no recuerdo mal, un estudio reciente sugirió que Provo, Utah, es la ciudad de mayor actividad sexual en los Estados Unidos. Al principio me lo podía creer; 88% de los habitantes de Provo son miembros de la iglesia. Entonces me di cuenta de que la encuesta incluía el sexo dentro del matrimonio. El estereotipo de que los miembros son sexualmente reprimidos obviamente no es correcto!

La intimidad sexual es una forma sagrada de comunicación de dos vías. “De dos vías” significa que tanto los participantes están activamente comprometidos en el cultivo de su vida íntima; uno no es pasivo, porque la importancia del sexo va más allá de la procreación. La intimidad está diseñada para fortalecer el vínculo entre marido y mujer. “Para la Fortaleza de la Juventud” ofrece el siguiente consejo: “[La intimidad física] es ordenada por Dios para la creación de los hijos y la expresión de amor entre marido y mujer”.

Al igual que tomamos la Santa Cena con regularidad para recordar nuestros convenios bautismales, el sexo puede ser considerado un ritual privado para renovar nuestro convenio matrimonial. Tal vez por eso Dios anima a la intimidad sexual dentro de los lazos del matrimonio:

“Y los bendijo Dios y les dijo Dios: Fructificad y multiplicaos; y henchid la tierra…” (Genesis 1:28).

“El marido cumpla con la esposa el deber conyugal, y asimismo la esposa con el marido. La esposa no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco el marido tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la esposa.” (1 Cor. 7:3-4).

“Marido y mujer… están autorizados, de hecho, se les ordena, a tener relaciones sexuales adecuadas cuando estén casados por tiempo y la eternidad” (Spencer W. Kimball).

Cuales Actos Sexuales son Permitidos?

Por lo que he oído, en el pasado la Iglesia estaba más interesada en la regulación de las prácticas sexuales de sus miembros. Sin embargo, en las últimas décadas la iglesia ha dejado las decisiones privadas en las manos de las propias parejas. En 1982, por ejemplo, una carta fue enviada desde la sede de la iglesia instruyendo los líderes de barrios y de estacas que deben “evitar indagar las prácticas íntimas de las parejas”.

Sin embargo, incluso en la ausencia de una dirección específica de líderes de la iglesia, dos principios claramente se aplican. En primer lugar, un cónyuge no debe coaccionar, manipular o forzar al otro a participar en prácticas con las que no se siente cómodo. Está bien hablar de ciertas prácticas en el espíritu de bondad, pero la fuerza no puede existir dentro de un matrimonio saludable.

En segundo lugar, una tercera persona no debe entrar en la vida íntima de una pareja. Es obvio que las actividades como el ménage à trois y la poligamia son inaceptables. Además, algunos individuos y parejas insensatamente hacen grandes daños a sus matrimonios mediante la participación indirecta de una tercera persona a través de la utilización de imágenes y textos sexualmente explícitos. Cristo dijo: “Cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Matthew 5:28).

Es tonto pensar que desear a otra persona de esta manera es un problema exclusivo de los hombres. Él 17% de las mujeres en los Estados Unidos es adicto a la pornografía, y 1 de cada 3 visitantes a sitios pornográficos en la internet es una mujer. Debemos estar vigilantes para asegurarnos de que nuestros matrimonios mantéense saludables y felices.

Cuando una Pareja no es Sexualmente Compatible: Introducción

No hay una frecuencia cierta para el sexo. En los Estados Unidos, las parejas tienen intimidad 2 a 3 veces por semana en promedio, pero la frecuencia varía de pareja a pareja. Siempre y cuando ambas partes tienen necesidades sexuales similares, la frecuencia no es importante. Algunas parejas mutuamente desean una frecuencia mayor que el promedio, mientras que otras son mutuamente felices con una frecuencia reducida.

Por lo que he visto, los problemas tienden a surgir cuando un cónyuge es mucho más cariñoso que el otro. No es inteligente aceptar los estereotipos que erróneamente sugieren que los hombres son universalmente más sexuales que las mujeres. Hace poco se publicó en mi sitio la historia de una esposa que tiene deseos sexuales mas elevados que su esposo; asimismo, otra historia procedío de un marido que extraña a su esposa.

Es importante no ignorar los problemas de este tipo, ya que pueden ser muy destructivos para el matrimonio. Francamente, sospecho que más matrimonios terminan en frustración sexual que la pornografía. “Si usted estudia los divorcios, como hemos hecho en estos últimos años, aprenderá que hay una, dos, tres, cuatro razones. Por lo general el sexo es la primera. Ellos no se llevaban bien sexualmente. No dicen eso en la corte. Ni siquiera dicen eso para sus abogados. Pero esa es la razón” (Spencer W. Kimball).

Cuando una Pareja no es Sexualmente Compatible: La Necesidad de Paciencia y Comprensión

En la mayoría de los casos, la incompatibilidad sexual no es el resultado de la negligencia. La mayoría de los casos de incompatibilidad requieren una buena dosis de paciencia, comprensión y tolerancia. Por ejemplo, problemas de salud pueden interferir con la intimidad marcial, haciendo difícil la actividad sexual. Dolor durante el sexo es común en las mujeres durante y después de menopausia. La disfunción sexual es común en los hombres que tienen un cierta edad. Muchos medicamentos, como los antidepresivos, también pueden alterar el funcionamiento sexual. En estos casos, es la responsabilidad de la pareja con problemas de salud a buscar activamente la ayuda de un médico. Muchos casos de la disfunción sexual pueden ser tratados; tratar la causa subyacente de la disfunción a menudo ayuda a resolver otros problemas médicos también. Por otra parte, es la responsabilidad de la pareja sana a tener paciencia. No es la culpa de la pareja menos activa que ella lucha con problemas de salud.

Cuestiones psicológicas también pueden interferir con la intimidad conyugal. El abuso sexual es mucho más común en nuestra sociedad que imaginamos. En América del Norte, el 15-25% de las mujeres y 15.5% de los hombres son abusados sexualmente en la infancia o en la adolescencia, y una en seis mujeres ha sufrido una violación o un intento de violación. En muchos otros países, estas tasas son aún mayores. El hecho de que un cónyuge niega el abuso sexual no lo descarta; por desgracia, muchos se sienten demasiado avergonzados de su pasado para hablar de ello, incluso con las personas que aman. El abuso sexual puede causar un trauma psicológico que, comprensiblemente, interfiere con la intimidad conyugal.

La infidelidad en todas sus formas (la pornografía, el adulterio, etc) también puede crear barreras emocionales que complican la sexualidad. Mientras que estas barreras son de esperar cuando un cónyuge no se arrepiente, a veces las barreras psicológicas complican la intimidad incluso cuando el cónyuge infiel se ha arrepentido y vencido las tentaciones del pasado.

Otra de las barreras psicológicas a la intimidad ha sido llamada el “síndrome de la chica comportada”, aunque creo que no se limita a las mujeres. Las mujeres y los hombres solteros de la iglesia pasan años controlando sus impulsos sexuales. No es siempre razonable suponer que se puede activar la sexualidad súbitamente en la noche de su boda. En su libro “And They were not Ashamed”, Laura Brotherson describe este desafío: “El ‘síndrome de la chica comportada’ es el resultado del condicionamiento negativo que se produce a partir de los padres, la iglesia y la sociedad, ya que no siempre enseñan la maravilla de la sexualidad y sus propósitos divinos. Este condicionamiento conduce a pensamientos y sentimientos negativos sobre el sexo y el cuerpo human, resultando en una respuesta sexual inhibida en el matrimonio… El síndrome de la chica comportada podría ser la gran causa subyacente y subestimada de la insatisfacción sexual en el matrimonio.” La inhibición sexual en los primeros meses de matrimonio no es necesariamente rara, pero si perdura, problemas psicológicos pueden ser la raíz del problema.

Además, en algunos casos raros, la sexualidad adquiere un elemento obsesivo-compulsivo. La adicción sexual va más allá de simplemente tener una libido alta; es realmente patológica. Algunos medicamentos también pueden aumentar el deseo sexual a niveles anormales. Por supuesto, la adicción sexual de ninguna manera justifica la infidelidad. Sin embargo, incluso dentro del matrimonio, puede ser problemática.

En todos estos casos, es la responsabilidad de la pareja que lucha con dificultades psicológicas a obtener ayuda de un obispo y/o un psicólogo. Por otra parte, es la responsabilidad del cónyuge sano a ser paciente y comprensivo. El cónyuge menos activo claramente no tiene la culpa por sus problemas emocionales/psicológicos que nunca fueron elegidos.

Finalmente, la desigualdad en el matrimonio puede destruir la intimidad sana. La igualdad no significa que los papeles del marido e de la mujer necesitan ser iguales, sino el respeto mutuo y la igualdad de esfuerzo son fundamentales. A veces los hombres piensan que, porque tienen el sacerdocio, se pueden gobernar y dominar a sus esposas. Esta actitud no es compatible con el Evangelio de Jesucristo. A veces un cónyuge se convierte en hipercrítico y arrogante. Este tipo de comportamiento, lo que efectivamente humilla al otro cónyuge, tampoco es compatible con el Evangelio de Jesucristo. Cuando un cónyuge maltratado y no respectado evita el sexo en estas situaciones, él o ella no es simplemente vengativo. Sexo en estas circunstancias es realmente, emocionalmente difícil. Las parejas en esta situación deben buscar la ayuda profesional. Un obispo puede ser capaz de ayudar, especialmente con las dificultades espirituales, pero un consejero matrimonial puede ser aún más útil en muchos casos.

Cuando una Pareja no es Sexualmente Compatible: La Negligencia Conyugal

En algunos casos raros, la incompatibilidad sexual persiste incluso cuando ninguno de los problemas descritos anteriormente están presentes. Por ejemplo, imaginemos una pareja sana que se ama y vive en una relación de igualdad. Ambos han resuelto los traumas psicológicos del pasado que pudieran interferir con el sexo. Pero el hombre tiene una libido muy baja, mientras que la mujer es más activa. Tal vez el hombre sea muy ocupado con su trabajo, por lo tanto descuida las necesidades íntimas de su esposa, tanto sexuales como emocionales. He leído una mensaje de una mujer en una situación similar.

O quizás, como sucede a veces, una mujer con pocas necesidades sexuales se vuelve tan absorta en sus propios pasatiempos o tareas que, incluso en la ausencia de barreras físicas o emocionales a la intimidad, deja de lado a su marido, siempre poniendo sus necesidades emocionales a la parte inferior de su lista de tareas pendientes.

Para ser franco, el matrimonio se trata de poner las necesidades de su pareja por encima de cualquier otra consideración. En el contexto del matrimonio, y en ausencia de factores legítimos atenuantes como los descritos arriba, el sexo es fundamental para el bienestar emocional. Para la mayoría, es el mejor símbolo de la unidad y del amor matrimonial. Mientras que las excepciones sin duda existen, para muchos ninguna otra forma de comunicación puede sustituir a la intimidad sexual. Si uno de los cónyuges es innecesariamente descuidado, el otro cónyuge, más a menudo que no, con el tiempo comienza a creer que no es digno de afecto.

La negligencia sexual es por lo tanto un pecado muy grave. Grave como el uso de la pornografía es grave. Tanto la negligencia y la pornografía ponen los deseos del individuo arriba del bien de la pareja. De hecho, es posible que la negligencia es el pecado más grave de los dos. Al menos en el caso de la pornografía a menudo hay un componente adictivo. El pecador necio que inicialmente optó por ver las imágenes ilícitas o leer historias salaces con el tiempo puede desear parar. Él puede incluso tratar de parar sólo para descubrir que es incapaz de hacerlo sin ayuda. En el caso de la negligencia, por otro lado, no hay ningún componente adictivo. Es simplemente una elección egoísta.

Los seres humanos tienen muchas formas diferentes; la sexualidad, naturalmente, varía de persona a persona. Aunque siempre elegimos nuestras acciones, la naturaleza intrínseca de la libido en sí es en gran parte fuera de nuestro control personal. Demostrar la empatía y la compasión por nuestro cónyuge, sin embargo, es una decisión personal que debemos hacer todos los días, en todos los aspectos de nuestros matrimonios. El cuidado de las necesidades emocionales de un cónyuge puede aumentar y fortalecer su relación. Pasar por alto estas necesidades puede conducir a la humillación y la destrucción de la autoestima.

Un correo electrónico que recibí hace poco de un hermano de la iglesia trae a colación otro tema que me gustaría mencionar. Él se dedica a su esposa, pero lucha con su negligencia. Como consecuencia de esta negligencia, otras mujeres capturan su atención. No sé que él intencionalmente se detiene en los pensamientos acerca de otras mujeres; por lo menos, no se ha indicado eso en su mensaje. Sospecho que su atención es brevemente capturada por un instinto, antes de que él recupere la compostura.

Cuando una pareja casada tiene frustraciones sexuales, él o ella puede sentirse atraído sexualmente hacia otras personas fuera del matrimonio. Si una persona tentada comete adulterio, es la pareja negligente culpada? Por supuesto que no. Cada persona es responsable por sus propias decisiones y pecados, sin importar las circunstancias en que se encuentra.

Pero la mayoría de los buenos miembros de la iglesia no va a ceder a la tentación, sino que sólo se va a sufrir por ella. La tentación no es pecado. Incluso Jesucristo fue tentado por Satanás en el desierto. La mayoría de los miembros entiende esto intelectualmente, pero no va a sentirse bien emocionalmente. Este tipo de tentación puede llevar a sentimientos de culpa y debilidad espiritual, a pesar de que esos sentimientos no son necesariamente racionales. A veces, estos problemas pueden conducir a la disfunción espiritual que podría evitarse si sus cónyuges fueran un poco más generosos y compasivos. Negligencia por lo tanto genera más que sentimientos de frustración, tristeza y baja autoestima. Sus consecuencias incluso pueden ser espirituales.

Conclusión

Espero que este artículo ayude! También espero que nunca tenga que responder a otras preguntas acerca del sexo en el futuro! Espero que simplemente yo pueda enviar una copia de esta página web a los futuros interrogadores. 🙂

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